Entorno a Trafalgar: Reflexiones sobre la increíble situación del Colegio Público Rural y de la población de Zahora.
José Antonio Mármol Román. Zahora, Barbate. 23/11/2010.
En mi opinión como persona y como representante de un colectivo de vecinos afectados, siempre ha existido una enorme falta de interés y un abandono incomprensible e injustificable por parte de las administraciones responsables, llámese Ayuntamiento de Barbate o Junta de Andalucía, que han venido aplicando de forma permanente a lo largo de los últimos quince-veinte años, pudiendo incluso llevarnos a pensar que esta dejadez forma parte de una estrategia de presión que se ha venido ejerciendo sobre la población que lleva todos estos años soportando una situación anacrónica de falta de servicios.
En medio de todo este abandono ejercido fundamentalmente por las citadas administraciones que irresponsablemente han permitido un crecimiento sin control de la población –crecimiento que hubiese sido lógico y ordenado si hubiesen cumplido con sus obligaciones- que sí ha permitido que la zona se haya convertido en un floreciente destino turístico que en las épocas vacacionales acoge a miles de visitantes, pero lo han hecho incluso otorgando licencias y llevando a cabo recalificaciones para la ejecución de nuevos proyectos turísticos sin que antes se haya dotado a toda la zona de los servicios públicos y equipamientos básicos y de las infraestructuras mínimas necesarias. El Colegio y la población, pero sobre todo el Colegio, no han podido abstraerse de las consecuencias negativas de esta anómala situación.
Los habitantes de la zona sobre todo las niñas y niños han sido y son los que más han padecido las consecuencias de esta injusta situación que empezó a provocarse cuando las administraciones responsables miraron para otro lado anteponiendo criterios e intereses económicos, que llaman generales, a unos claros derechos sociales universales como son la educación, la salud y la seguridad de las personas que viven y trabajan en una zona.
Quizás no sea demasiado descabellado decir, al menos nos da esa sensación, que se está ejerciendo una presión, si no intencionadamente sí evitable, sobre los habitantes de la zona, sin que, al parecer, importe lo más mínimo el daño que se les pueda estar causando en medio de un torbellino deproblemas sociales, de discriminación y agravios, y esto sucede en gran medida como consecuencia de que desde hace mucho tiempo se pretenden conseguir unos objetivos que en muchas ocasiones chocan con los intereses de la población de la zona y, mientras tanto, no se solucionan antes los problemas que tiene, con lo cual se va minando la capacidad de aguante de los habitantes que se ven inmersos en un mar de carencias y dificultades, lográndose finalmente que, aunque sea porque no puedan o porque no quieran acogerse al modelo previsto que se está gestando, cedan y abandonen, vendiendo sus viviendas, sus negocios y sus tierras y se marchen.
Valga como un sencillo botón de muestra el ejemplo del Colegio de Zahora: De l@s veinte-veinticinco niñ@s que en los años sesenta pudiera haber en la antigua Escuela Rural que desde sus inicios allá por los años treinta estuvo situada en la entrada de Zahora, junto al puente, se pasó hasta l@s noventa y siete alumn@s que ha llegado a tener el Colegio actual hace apenas un par de años, alumn@s que ahora podrían ser muchos más si La Junta y el Ayuntamiento de Barbate ya hubiesen construido el nuevo Colegio que se tiene “previsto” desde el año 2006 o, si al menos, hubiesen llevado a cabo las medidas necesarias para reestructurar, ampliar y solucionar los problemas existentes en el Colegio actual, impropios de un colegio andaluz o español del siglo XXI. Estamos hablando de aulas prefabricadas deficientes impropias de un colegio digno, de la falta de espacios, sin apenas patio para jugar o hacer deportes, de que el agua que se usa en el Colegio se traiga en camiones cisternas y que la de beber tenga que ser embotellada porque en Zahora aún no existe red pública de abastecimiento ni de saneamiento que sin embargo la administración sí se encargó que llegara hace años a la zona donde se preveían los “futuros hoteles”.
Estamos hablando de niñ@s, de personas de que para ser atendido por un médico o un practicante tienen que desplazarse al menos 10 kms porque no existe un mínimo consultorio ni siquiera el más mínimo transporte municipal, de que los semáforos que se pusieron en la carretera junto a la puerta del colegio, sobre todo para garantizar la seguridad de l@s niñ@s, casi nunca funcionan, etc. etc.
Es una situación lamentablemente real que merece nuestra denuncia: Es una vergüenza que en una población donde la población escolar ha venido creciendo paralela y progresivamente, ésta se tenga que marchar por causa de esta inverosímil situación prácticamente insostenible hasta el punto que much@s madres y padres se han visto forzados a no llevar a sus niñ@s al colegio, optando por llevarles a otros de los pueblos más cercanos, aunque para ello tengan que realizar un mayor esfuerzo desplazándose varios kms cada día.
Con este ejemplo parece que no vamos muy desencaminados cuando nos referimos a esa teoría de que “en aras de alcanzar sus objetivos parece que a "ellos" les conviene que se mantenga este clima de tensión y de problemas que nunca se resuelven, haciéndole creer incluso a la opinión pública que toda la culpa es de los propios habitantes”.
Parece que lo ideal para “ellos” es lo que ya en muchas partes están haciendo: establecer unas sangrantes normas de urbanismo con sus correspondientes ordenanzas fiscales, a las que no pueden hacer frente la mayoría de los habitantes que se ven obligados a vender y dejar sus tierras, que así quedaran libres para construir “el nuevo modelo”.
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