La Junta sigue sin aprobar los planes de ordenación de las comarcas

Entre La Cañada del Alamo y la Costa de Trafalgar (foto) se pretenden urbanizar a través del PGOU de Barbate y del POT de La Janda (Plan de Ordenacion del Territorio) unas 70 hectáreas de suelo rústico de interés ambiental.

La Administración ha defendido durante todo un año que la planificación de La Janda y la Costa Noroeste entraría en vigor de "forma inminente" pero sigue sin decidirse

J. GARRET / DIARIO DE CÁDIZ | ACTUALIZADO 13.03.2011 - 05:01

La Junta de Andalucía sigue sin aprobar los Planes de Ordenación del Territorio (POT) de La Janda y la Costa Noroeste, los documentos que diseñan el futuro urbanístico y territorial de las comarcas, pese a los reiterados compromisos adquiridos sobre su puesta en marcha. Los dos textos están redactados y aprobados desde junio de 2010 por la Comisión de Ordenación del Territorio y Urbanismo de Andalucía (COTUA). Desde entonces, aguardan la firma definitiva del Consejo de Gobierno, aunque la Administración no afronta este paso.

En noviembre, el secretario provincial del PSOE, Francisco González Cabaña, abordó la tramitación de los POT en una reunión con la consejera de Obras Públicas, Josefina Cruz, y aseguró que la planificación de la Costa Noroeste entraría en vigor en diciembre, y la de La Janda, a mediados de enero. Es el último compromiso incumplido.

El Gobierno andaluz ha asegurado durante el último año que los documentos están superando "sus últimos trámites administrativos". La demora, sin embargo, constata que no son sólo cuestiones burocráticas las que se están resolviendo. Los cambios que se han producido durante la legislatura al frente de las competencias urbanísticas (tres consejeros en dos años y medio) y en los distintos equipos técnicos han generado relevantes diferencias acerca de los proyectos urbanísticos y turísticos que están incluidos en los documentos. El POT de La Janda incluye nueve áreas de oportunidad turística -campos de golf con viviendas, en la mayoría de los casos- en Medina, Paterna, Benalup, Alcalá, Vejer (dos) y Barbate (tres). Algunas fueron incluidas en la tanda de alegaciones al plan. Hay opiniones que tachan el texto de excesivamente desarrollista, y otras que subrayan la necesidad de consolidar su seguridad jurídica antes de aprobarlo.

Un ejemplo de los puntos conflictivos del documento está en el caso de Mangueta, junto a El Palmar, en Vejer. En la primera versión del POT de La Janda, la Junta consideraba que la zona debía ser espacio protegido "de interés territorial"; tras las alegaciones del Ayuntamiento de Vejer, la Administración mantuvo la protección en los primeros 500 metros de costa y declaró el resto del espacio "área de interés turístico". El municipio aspira a la construcción de hoteles y viviendas en este espacio -propiedad de Caixa Catalunya-.

Además de los suelos turísticos, los planes subregionales definen los grandes equipamientos, las infraestructuras, los transportes, espacios a proteger y áreas de desarrollo industrial. La Junta aprobó la redacción y el inicio de los trabajos preliminares del POT de La Janda en 2001. A principios de 2007, la propia Junta reiteró que el documento debía elaborarse y firmó un convenio con los ayuntamientos para su desarrollo. El texto no empezó a redactarse hasta 2008, y hoy sigue sin estar aprobado. La trayectoria de la planificación de la Costa Noroeste es similar (también se volvió a instar a su formulación en 2007), y el caso se repite en un tercer planeamiento, el dl Campo de Gibraltar, iniciativa ideada a mediados de los noventa y olvidada en los despachos hasta principios de este mandato.

Esta semana, Obras Públicas ha informado del cumplimiento de un trámite en el expediente del POT del Campo de Gibraltar. La Comisión de Redacción del documento validó su contenido. Ahora, deberá lograr el visto bueno de las comisiones provincial y andaluza de Ordenación del Territorio, y llegar, por último, a Consejo de Gobierno. Los POT de La Janda y la Costa Noroeste llevan nueve meses estancados en este escalón.

Los ayuntamientos se han resignado a la no aprobación del plan después de tres años de compromisos incumplidos de forma sistemática. La mayoría tramita sus Planes de Ordenación Urbanística (PGOU) sin tener en cuenta los POT más que como una guía. La frustración es aún mayor entre los empresarios inmobiliarios y turísticos con intereses en la provincia, aunque éstos cada vez son menos.